KIHON
Entendemos en Shinpôki, que el trabajo del 基本Kihon y el estudio de la biomecánica son fundamentales en el desarrollo técnico y práctico de las AAMM.
Por un lado la denominada “biomecánica” se fundamenta en la eficacia (resultados y/o objetivos), la eficiencia (consecución de logros con los mínimos recursos) y la efectividad (capacidad de la máxima eficiencia con el mínimo trabajo o esfuerzo); y aplica los métodos mecánicos analizando las acciones de las fuerzas a través de los sistemas biológicos y el estudio de la estructura.
Por su parte el Kihon se entiende como “la raíz, la base, el fundamento, el estándar” y suele estar referido a una serie de técnicas o combinaciones de ellas que se realizan como ejercicios continuados y/o repetitivos, a fin, de un refinamiento técnico y mejora de cualidades como aceleración, velocidad e incluso fuerza; puede abarcar todo tipo de niveles técnicos o de práctica, y normal e igualmente, se le considera como el “trabajo de base”.
Cada una de estas dos formas de trabajo, Kihon y Biomecánica, que normalmente van de la mano, suponen el concepto “技Gi (Ki, Waza)” o “Técnica, arte o habilidad”. Esto es lo básico, lo fundamental, lo imprescindible… es el comienzo, la fase de “aprendizaje y memorización”. También, después, puede suponer el momento del “perfeccionamiento”.
Si al trabajo del “Gi_Técnica” se añade el ir conociendo el comportamiento anatómico que interviene y llegar a comprender, a discernir, a compenetrar… el “medio” con el “uso” y con el “fin”, estaremos consiguiendo un avance significativo. En este sentido, no es necesario ser un licenciado en la materia fisiológica humana, ni tener que memorizar nombres… basta con vislumbrar, básicamente, las partes del cuerpo que entran en acción: el “por qué” lo hacen y el ”para qué” lo hacen y con que “finalidad” lo hacen. Esto es el concepto “体Tai_Cuerpo”, donde, además que se cuida de la salud y preparación física, se condicionan los conocimientos y desarrollos técnicos a las capacidades corporales, la fase de la “comprensión”.
Imagen (心Shin,kokoro: espíritu/mente). Supone ser una representación visual para poder manifestar la apariencia visual de un objeto, ya sea real o imaginario. Pero puede aplicarse para otros tipos de percepción.
La “Imagen mental” es una imagen que la persona no percibe del exterior, sino que en realidad la vive en su interior, en su mente. En las Artes Marciales o en el Chikung se observan varios tipos de imágenes, entre ellos:
- la imagen almacenada en nuestro interior (imagen creada), que genera la “Idea de hacer…”
- la imagen que queremos exteriorizar (imagen deseada) generadora de la “Acción o desarrollo de la idea de hacer…”,
- y la imagen que finalmente exteriorizamos (imagen difundida), que se entiende como la “Intención de…”. Esta Intención puede ser: “intención de querer hacer”, “intención de cómo hacerlo” e “intención de en qué grado o intensidad hacerlo”.
La fuerza física o de resultado muscular es baza importante en toda técnica, con el entrenamiento o Kihon no sólo se mantiene sino que se amplía y, además, busca su aplicación adecuada. Las repeticiones y perseverancia hacen posible una “memoria muscular” de las técnicas y el perfeccionamiento de ellas. El Kihon nos enseña cuando y de qué modo utilizarla o dejar de hacerlo (Gô-Jû: lo Duro y lo Blando). Fuerza y Maña (habilidad).
Pero la fuerza física por si sola suele resultar insuficiente. Los practicantes de AAMM y de Chikung pensamos que es necesario sumar a la fuerza física otra fuerza, un elemento añadido que al sumarse a ella todo resulte más completo y efectivo. La fuerza física per se necesita de un recorrido y de un tiempo para poder convertirse en Potencia como resultado. A este elemento añadido se le denomina de varias formas: Chi, Qì, Ki, Energía Interna, Fuerza Interior, etc.
El Qì circula por todos los meridianos del cuerpo humano. Los meridianos Tendino-musculares son grupos de músculos, tendones y ligamentos que siguen los trayectos de los meridianos Principales. Estos “canales musculares” empiezan en los extremos de brazos y piernas y ascienden hacia la cabeza, transportando Qì y Sangre. Sus funciones son las mismas que las atribuidas a la musculatura en general.
Crear la imagen del Ki y de su circulación desde el Hara o Dantian hasta la zona del cuerpo involucrada en la técnica a desarrollar, sumándola a la biomecánica corporal que la desarrolla y por ende a la fuerza física producida, eleva en muchos enteros el resultado de efectividad de dicha técnica.
El Ki puede ser considerado como sinónimo de la Intención. Si la fuerza física necesita de un espacio y tiempo para convertirse en potencia o energía, El Ki o Intención ya es energía, por lo que aún en déficit de recorrido o tiempo, puede conseguir el objetivo eficaz.
Estamos en la fase de “interiorización” de la técnica, que supone además comprender la conducta del cuerpo.
Todo esto forma parte del concepto Shingitai (心技体) Espíritu, Técnica y Cuerpo, que detalla el camino hacia el progreso, donde ninguna de cada una de esas tres partes debe actuar por separado ni sobresalir de las otras. Shingitai viene a expresar el concepto donde “todo es uno”, o lo que es igual: Sanmi ittai… 三位一体.
20200924
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